Quiero que mis palabras sean un saludo y un recuerdo…
En mi vida, he pretendido dar pocas lecciones, por el contrario, gustosamente he recibido lecciones de mis alumnos, y aún vengo aprendiendo de ellos todos los días.
Ahora, ya granadito, gozo de la disposición de dar, si no buenas lecciones, sí buenas recomendaciones, porque los viejos, ya que no podemos dar malos ejemplos, debemos dar buenos consejos.
Pero vamos a hacer un poco de ‘historia’.
Ya conté al Sr. Director del Instituto una vez el fausto acontecimiento de la inauguración de la Secc. Delegada el día 28 de octubre de 1968, como efecto de su creación por Decreto, aparecido en el BOE del 6 de junio del mismo año.
El Ayuntamiento de la ciudad, regido por aquellos entonces por D. Juan Peñalver Espín, año y medio antes del fausto día, había cedido unos 12.000 metros cuadrados exigidos por las instancias ministeriales. Se cedió al Ministerio, ni más ni menos que todo el Campo de Fútbol de entonces. Y se construyó el edificio.
Cada curso había más alumnos y todo marchaba viento en popa en aquellos primeros años en los que aún había albaricoqueros en la Cuesta del Olivar. He dicho ‘albaricoqueros’, que no ‘albaricoques’, cuya cogida aún verdísimos-‘tiernísimos’ corría a cargo de las brigadas de alumnos del Insti y cuyo caporal era un tal Miguel Rodríguez Gironés, al que pillé ‘in fraganti’ aunque ‘in absentia’.
Bajé yo a la Cuesta a echar un ojo a cierta hacienda que me estaba encomendada; y bajo un albaricoquero encontré un boli que llevaba grabado a todo lo largo el nombre del citado Gironés, alumno del Centro. Hechas las pesquisas y tras ‘hábil interrogatorio’ confesó el tal que sólo había robado una ‘bolsillá’. Por lo visto, ese día no se había llevado el capazo. Vendía a sus compañeros de Insti a perrogordo la pieza.
(Esta broma la cuento consensuada con mi buen alumno y amigo Miguel).
En la Sección Delegada sólo se daba Bachillerato Elemental, es decir, 1º, 2º, 3º y 4º cursos de Bachillerato. Y después su Reválida. Los dos cursos (5º y 6º) del Superior (y COU) los impartían para toda la comarca del Noroeste los colegios Libres Adoptados de Caravaca. Allá iban también los alumnos de Cehegín.
En el Colegio de Seráficos, ((en el actual Instituto Quípar había 127 alumnos aspirantes a frailes. Estos jovencitos venían también a nuestro centro a recibir clases de bachillerato.
Nuestro gran artista Salvador García Jiménez, en su hermosa novela “LA VOZ IMAGINARIA”, glosa la tierna escena del amor que brotó con el trato entre un seráfico y una alumna del pueblo en la Sección Delegada.
Estas serafínicas almas se veían todos los días en el Instituto. Ella confesó a su Romeo que nunca había subido al camarín de la Virgen de las Maravillas. El Romeo prometió a su Julieta que él podía coger las llaves de la celda del Padre Guardián a escondidas y se comprometía a subir con ella. Una tarde así lo hacen. Una vez en el camarín, nace EL PRIMER BESO. (Así se titula ese capítulo de la citada obra literaria). La imagen de la Virgen comenta: “Es el beso más hermoso que jamás se ha dado en este camarín”.
Pero llegó 1970. El Ministro José Luis Villar Palasí, con una nueva Ley de Educación, (BOE del 1 de Agosto) cambió el rumbo de estas enseñanzas. La Nueva Ley se iba implantando inexorablemente año tras año.
Lo más significativo para nosotros era que los cursos de 1º y 2 de Bachillerato pasaban a ser 7º y 8º de EGB y sus enseñanzas se daban en los ahora llamados COLEGIOS.
Los padres Franciscanos ante aquel cambio decidieron llevarse a sus seráficos a Hellín donde tenían el colegio para impartir la Filosofía; y de dos colegios hicieron uno y abarataron costes. Total, que se podó tanto el número de nuestros alumnos, por arriba y por abajo, que la Sección Delegada quedó con doscientos veinte (220) alumnos de los 492 que había llegado a tener.
Además, Caravaca había conseguido la transformación de su Secc. Deleg. en Instituto de Enseñanzas Medias. Y los alumnos de Cehegín del Bachillerato Superior iban a él.
Corría peligro de desaparecer nuestro Centro. Se planeaba suprimir esta S. Delegada.
A principios del curso 1974-75 el INSPECTOR del Distrito Universitario, D. Manuel Vilaplana, me llamó y me advirtió del peligro. Él tenía que informar a Madrid sobre la viabilidad de cada una de las Secciones Delegadas. Me aconsejó y bien.
Francisco Ros, el Director del Ibáñez Martín de Lorca, del que dependía nuestra Secc. Deled. me indicó los pasos que debíamos seguir para evitar lo casi inevitable. Urgí al Sr. Alcalde de Cehegín, ya por entonces D. Juan Corbalán Gil y, gracias al aviso del Inspector, nos movilizamos a tiempo.
Me encargué de hacer un INFORME en el que se demostraba la necesidad de crear el Instituto ipso facto: Hablaba de la tradición educativa de Cehegín, de la Comarca deprimida, del 85% de alumnos becarios, de los casi noventa mil habitantes de la zona (comarca)…Exageré lo positivo como un novelista, y callé lo negativo como un puto.
Se establecieron contactos con amigos y autoridades de Madrid .Y en los últimos días del año de 1974 salimos para Madrid. ((Las ‘Fuerzas Vivas’)).
Visitamos a autoridades políticas del Ministerio…. Les expusimos nuestras pretensiones: La transformación de la Secc. Delegada en Instituto. Todo bien documentado (con informes…)
Y tras ir de la ceca a la meca, tuvimos una técnica entrevista con la Sra. Dir. Gral. , Sra.Galino, que para recapitular nos despidió diciendo: Váyanse tranquilos a su pueblo. Antes que ustedes lleguen a sus casas estará aprobada la creación de su Instituto. Nos volvimos más contentos que unas Pascuas En efecto, en el siguiente Consejo de Ministros se aprobó la creación del Instituto de Enseñanzas Medias de Cehegín, Murcia.
El Decreto de su creación aparecería después en el BOE del 23 de enero de 1975. Hace de esto 42 años.
Por poco, según alguien dijo, no nos traemos dos institutos, uno con COU y otro sin COU.
El curso siguiente comenzó a andar el nuevo Instituto con plena normalidad.
El 18 de abril de 1980 apareció en el BOE el nombre que el Instituto luce: “VEGA DEL ARGOS”, nombre propuesto al Ministerio por el Claustro y con la aprobación unánime de la Junta Directiva de la Asociación de Padres de Alumnos del Instituto, sin cuya ayuda y apoyo toda esta lucha a brazo partido no hubiera podido triunfar.
En 1993 se celebraron las BODAS DE PLATA. Después celebramos el 40 aniversario de aquella inauguración del 28 de octubre de 1968 y ensayamos lo que hoy es ya el 50 aniversario o sea, las BODAS DE ORO. ¡¡¡Y estamos convocados todos los presentes y llegaremos a las de PLATINO!!!
Hay muchas y jugosas anécdotas dignas de ser conocidas, pero no hay tiempo. No obstante recordemos a aquellas lagartijas escapadas de un cañuto que manipulaba el ahora eminente cardiólogo D. José María Clemente Belíjar ; la invasión de los ratones de D. Javier Martínez Sánchez de Neira (Demostración de la memoria hereditaria de los mures); la caza de gatos por todo el pueblo para presentar los cráneos como requisito imprescindible para aprobar Ciencias Naturales,…..Y mil y un ciento de notas de humor y sobre todo de amor a este Instituto y hacia Cehegín.
Recordemos ahora el DÍA DE LA INAUGURACIÓN del 28 DE OCTUBRE DEL 1968.
Con algún retraso (el 28 de octubre 1968, domingo) comenzó el curso en la Sección Delegada de Instituto de Cehegín aquel año de su puesta en marcha. Ese día se inauguró por todo lo alto el centro. (Aquí no habían sido entregadas las obras. Había albañiles hasta los domingos y a destajo……).
Casi rematada la obra y recibidos (a cuentagotas) los elementos mobiliarios más perentorios, entre hormigoneras y cantos de albañiles, se acordó la inmediata impartición de lecciones..
A las cuatro de la tarde de aquel día (28 DE OCTUBRE) ya esperaban a las puertas del inmueble (aún no acabado del todo) los profesores que habían sido destinados al efecto (15 en total), autoridades locales, impacientes futuros discentes, personal auxiliar, curiosos y vecinos muchos. (Todos éramos los ‘peces chicos’). La calle Virgen del Pilar… estaba de bote en bote de curiosos y ansiosos vecinos y alumnos recién matriculados.
De pronto anunciaron: “¡¡¡Ya vienen, ya vienen!!!” (Se supone que los que venían eran los ‘peces gordos’). Y llegaron, con su siempre acostumbrada demora: Autoridades Provinciales y Capitalinas, presididas por el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, Excmo. Sr. Don Alfonso Izarra Rodríguez, con su séquito. El señor más representativo de la comitiva bajó de su ‘haiga’ oficial.
El alcalde del pueblo se adelantó solícito a cumplimentarlo, y recuerdo vivamente que, a cambio, recibió un chorreo o ducha fría de parte del malhumorado jefe, al que habían conducido como dando tumbos por aquella “calle” de San Agustín, la cual, a la sazón, estaba en “barbecho”, pues no eran socavones, sino simas las que menudeaban por su ‘informe’ firme. Fue requerido el aparejador municipal, señor Alcázar; y el ‘Señor Gobernador’ (que así se decía entonces) urgió a que en ocho días aquella montaña rusa de calle se tenía que hallar en perfecto estado de revista. Y así sucedió ‘por uebos’. Los vecinos le estarán eternamente agradecidos. Quien lo presenció todo lo constata aquí por escrito.
Como es natural todo quedó convenientemente bendecido e inaugurado.
Al día siguiente volvieron los albañiles, quedó acomodado el alumnado y comenzó la bonita historia que aún hoy, cincuenta años después) sigue escribiendo.
A ratos no podían distinguirse alumnos, profesores y alarifes; a unos y a todos apenas se les veían los ojos: iban embadurnados y enyesados de arriba abajo. No era posible reconocernos…
¿Usted es la profesora de….?- No, yo soy el albañil de la amasadora. ¿Usted es el de matemáticas?- No, soy el conserje…
Y así nació aquella planta que hoy es ya un hermosísimo árbol con proyección de engrandecerse todavía más.
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